A corto plazo lo veo más negro que el Agujero Negro de Calcuta. Libros devueltos, novedades aplazadas (algunas sine die), presentaciones anuladas, miedo a acudir a encuentros y ferias... con lo que, a medio plazo, de aquí al otoño, lo veo aún más negro, con miles de libros destruidos, porque no lo vamos a llamar de otra manera: sufren el equivalente de la ordalía medieval: triturados, ahogados, desguazados, aplastados y, por fin, convertidos en una masa informe que no sirve para nada.Y con todas las presentaciones físicas de libros que se han cancelado y que "cambiarán" de ahora en adelante, ¿ves el panorama literario con prudente optimismo o con preocupación?
Aprovecho para lanzar un S.O.S.: en Europa Central y del Este, hay muchísimo interés en aprender español, y la gente es muy lectora, pero no tienen libros, novelas, revistas, ni otro material para practicar y leer, porque los libros en español apenas llegan aquí, al ser muy caros, y porque la distribución es pésima.
Así que cualquier caja de libros no vendidos que, en vez de ser destruidos, se envíen a las Embajadas de España de Hungría, Rumanía, Serbia, Polonia, Chequia, Croacia o Eslovaquia, amén de un verdadero regalo para el Instituto Cervantes de esos países, encontrará más de un lector amante de nuestra lengua. ¡Corred la voz!